“Era jueves mi día favorito, se supone que tendría que estar contento, pero no, estaba cansado, me aburría. De repente, empezó sonar una sirena ¡ era un simulacro de incendios! Me puse contento, así que, salí de clase corriendo, y me marche al monte. Cuando llegue allí, ya estaba cansado, entonces me tumbe en la hierba mirando al cielo. Todo estaba en silencio y me rozaba el aire en las mejillas, hasta que oí un sonido que me retumbo los oídos: era un disparo. Empecé a sangrar como un cerdo y me desmayé.
Cuando empecé a recobrar la conciencia, noté que estaba mojado. Hacia un calor tremendo, creo que estaba en el mar. Me levanté, mire hacia todos lados pero no había nadie en aquella playa desierta.
- Que hago yo aquí.- dije en voz alta.
- Nada- me dijo alguien i me disparo.
Yo seguía en aquella as que rosa cárcel y aun me faltaban cinco años de condena. Pensé en escaparme de allí. Decidí hacerlo en el descanso aunque solo hubiera cinco minutos.
Al fin llegó la hora. Empecé a correr, salte la valla, pero por desgracia uno de los guardas me vio. Oí que hablaba por el altavoz, me decía que si no paraba me dispararía pero a mi no me importaba morir y de repente…”
¡ Pus! Me di contra la balda de encima de mi cama. Todo había sido una pesadilla. Me puse muy contento por que ya todo había acabado. Como era domingo me que un poco mas en la cama y…
“ Estoy volando- dije mientras soltaba el paracaídas…